MEDARDO ÁNGEL SILVA: BIOGRAFÍA

 








Medardo Ángel Silva, un personaje que mantiene su vigencia a pesar de haber partido hace más de un siglo. Su arte ha transcendido gracias a sus delicados poemas, ya sean declamados en salones o acompañados de música que llega a nuestras almas. Lo invitamos a revisar su vida a través de esta línea de tiempo.



1879

Don Enrique Silva Valdés y Doña Mariana Rodas Moreira contraen matrimonio el 13 de agosto de 1879 en la iglesia de San Alejo, en Guayaquil, según consta en los registros de dicha iglesia. 


Iglesia San Alejo.


Mariana Rodas, natural de Balzar, es de tez oscura, ojos negros y de estatura baja. Ella cultiva la poesía, cualidad que será apreciada por su hijo.

Con ellos convive Doña Matea Moreira Vda. de Rodas, madre de Mariana Rodas Moreira.



1896

En octubre de este año, ocurre el Incendio Grande de Guayaquil, que arrasa con el puerto, dejando menos de la mitad de sus edificaciones en pie.


Guayaquil después del incendio de 1896
solo queda en pie el monumento de Rocafuerte.



1898 

Luego de 19 años de matrimonio nace Medardo Ángel Salustiano Silva Rodas, el 8 de junio, en la casa del Dr. Arzube Villamil, donde habitan como inquilinos Enrique y Mariana. Ubicada en la calle Bolívar (hoy, Víctor Manuel Rendón) y Panamá, cerca de la Iglesia de La Merced. Sería su único hijo.


Medardo hereda la tez y el pelo de su madre y los rasgos faciales de su padre. Enrique Silva, de quien no hay archivos fotográficos, se lo ha descrito de tez blanca y de cabellera rubia, de profesión pianista y afinador de pianos, descendiente del violinista español Fermín Silva y Oseguera. 


Retrato simulado del padre de Medardo
Enrique Silva.



El pequeño Medardo es bautizado en la parroquia El Sagrario en la antigua Catedral de Guayaquil, hecha completamente de madera, situada en las calles Chimborazo entre Clemente Ballén y 10 de agosto. Su partida de bautismo nos revela su tercer nombre: Salustiano.  



Medardo bebé.



Iglesia Matriz de Guayaquil, construida de madera
sobrevivió al incendio de 1896.



1900 – 2 AÑOS

Foto de Medardo tomada en 1900, dedicada a su abuela, cortesía de diario El Telégrafo.







1902 – 4 AÑOS

Con solo 4 años, Medardo queda huérfano, su padre muere de tuberculosis. 


Mariana Rodas Vda. de Silva compra un chalet ubicado en la calle Bolívar entre Juan Pablo Arenas y Morro, gracias a un pequeño patrimonio que deja su esposo.


El callejón transversal Juan Pablo Arenas, donde estaba enclavada la casa de los Silva, por mucho tiempo sirvió como pasarela de los cortejos fúnebres y fue bautizada como la calle “del Cementerio", ya que al medio día y después de las 17:00 se daban estos recorridos mortuorios hacia el Cementerio General. 



Compañías de Carros Urbanos ofrecía
el transporte para los cortejos fúnebres. 


Para muchos, el paso de los cortejos fúnebres las carrozas fúnebres haladas por las mulas de la Compañía de Carros Urbanos hacen mella en la psiquis del  joven Medardo, quien puede visualizar el cementerio desde su vivienda, ya que esa zona no tenía grandes inmuebles y los terrenos aledaños al cementerio estaban vacíos. 


1904 – 6 AÑOS

Ingresa a la Escuela Filantrópica, centro educativo para los menores de escasos recursos. Se ubicada en la Av. 9 de Octubre, entre Morro y Chanduy (hoy, 9 de Octubre entre Rumichaca y García Avilés) muy cerca del domicilio de Medardo.


  Escuela de Artes y Oficios de la Sociedad Filantrópica del Guayas



Alumnos de la Escuela Filantrópica, 1909


De su propio puño, Medardo nos cuenta como era caminar de su casa a la escuela en el poema autobiográfico titulado “Aniversario”, escrito al cumplir los veinte años de edad:


Aunque yendo despacio, al fin la callejuela

acaba y estábamos al frente de la escuela

con el “mantilla” bien oculto bajo el brazo

y haciendo, en el umbral, mucho más lento el paso.


Medardo es un pequeño tímido y un poco melancólico. En sus ratos de ocio aprende a tocar el piano de su padre que tenían en su residencia, además de las enseñanzas del prestigioso maestro Toribio Sierra. 

Finalmente, completa su educación primaria para continuar con sus estudios, en medio de las carencias de su precario hogar y un barrio que en la época invernal se llena de lodazales.


1910 – 12 AÑOS

Ingresa al Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, la edificación original ocupaba toda una cuadra en el centro de Guayaquil, se ubicaba en las calles Aguirre, Pedro Carbo, Clemente Ballén y Chile, donde estaba la puerta de ingreso.


Colegio Vicente Rocafuerte



A los 12 años, en plena etapa colegial, funda su propia revista llamada "El Mosquito", donde firma como Ángel Medardo Silva o A.M.S. 


Su amigo, el periodista José Buenaventura Navas, realiza la publicación de una de sus poesías titulada “Paisaje de Leyenda” en la revista “Juan Montalvo”. 





1912 – 14 AÑOS
Varios de sus compañeros de estudio relatan que muchos de sus libros de estudio de Silva ya estaban llenos de poemas afirmando que su pasión siempre fue precoz.



1913 – 15 AÑOS
El joven Silva envía varios de sus escritos a diario “El Telégrafo” para que vean la luz en el prestigioso suplemento cultural “El Telégrafo Literario” (1913-1914), pero no son publicados. De este hecho se destaca el siguiente comentario realizado por el doctor José Antonio Falconí Villagómez, quien a futuro será un amigo y dedicado promotor del trabajo de Medardo Silva:


“En 1913 dirigíamos “El Telégrafo Literario”, en unión de Manuel Eduardo Castillo y Miguel Granado Guarnizo... Fue en ese año de gracia cuando recibimos una espontánea colaboración firmada por Medardo Ángel Silva, persona literariamente desconocida por nosotros, (…)


Como en aquella época nos habían sorprendido con envíos graciosos, aunque irreprochables, pero que a la postre resultaron plagios indecentes, hubimos de ponernos en guardia con el nuevo portalira y enviamos sus versos al canasto... (…)”



José Antonio Falconí Villagómez



Gracias a su excelente aprovechamiento, Silva logra dos certificados en las asignaturas de Historia Antigua y Geografía Universal, en sus diplomas consta como Ángel Silva. 





Se refugia en la biblioteca parroquial de los padres agustinos, donde practica con ellos italiano, francés y latín. Dichas visitas se hacen más frecuentes, y esto le permite leer numerosas obras, como la novela “Jean D’Agrève”, título muy significativo a futuro. También forma parte del coro, y aprende a tocar el órgano.



Iglesia San Agustín



1914 – 16 AÑOS
Una de las anécdotas más conocidas sobre Silva ocurre en el colegio con el profesor de historia, Pedro Huerta, quien le llama la atención un día: 

"Oiga. Silva, vaya y córtese el pelo, pues yo no quiero en mi clase jovencitos de melena. (…) Si quiere regresar por aquí se corta el pelo...". 
El joven se retira de la clase desafiante respondiendo: 
"Ese doctor no sabe lo que hay debajo de esta melena". 


La situación de la familia Silva empeora cuando el dinero que Mariana Rodas Vda. de Silva había depositado en las manos de don José María Pereira, un conocido comerciante del puerto quien se suicidó al ver que su negocio se fue a pique, dejando a todos quienes invirtieron con él, en la calle.  Su gran almacén se ubicaba en la esquina de 9 de octubre y Pedro Carbo. 


Negocio de la familia Pereira en la Av. 9 de Octubre



Alternando sus estudios y debido a la necesidad de llevar dinero a su casa, Medardo se inicia como aprendiz en la imprenta Sucre, donde corregía pruebas y levantaba tipografías, experiencia que le ayudará a conseguir más empleos en el futuro.


Inicia su poemario dividido en varios capítulos con títulos muy sugestivos: La Investidura, las Voces Inefables, Estancia, Libro de Amor, Estampas románticas, Divagaciones sentimentales, Baladas, Reminiscencias, Suspira de Profundis y otros poemas que pasarán a formar parte de su inminente publicación.


Crece su admiración por los autores modernistas de la época, desde Rubén Darío, Amado Nervo, Leopoldo Lugones y el uruguayo Julio Herrera Reissig; los españoles Juan Ramón Jiménez, Emilio Carrere y Francisco Villaespesa. Lee inspirado los libros de los franceses Paul Verlaine y Charles Baudelaire, entre otros. 





El director de la revista literaria quiteña “Letras”, Isaac J. Barrera, recibe varias cartas de Silva donde le solicita la publicación de sus trabajos literarios. En una de las cartas, con fecha 2 de febrero de 1914, le escribe: 


"Si encuentra Ud. muchos desatinos en mis versitos —que si los ha de haber — ruego me los indique, pues a los dieciséis años no se hacen obras maestras". 



Isaac J. Barrera


En octubre logra publicar el poema Paisaje de leyenda, en la edición n.º 19 de la revista “Juan Montalvo”, dirigida por José Buenaventura Navas, en Guayaquil. 



Portada ficticia de la 

revista Juan Montalvo



1915 – 17 AÑOS
Se lanza como crítico y ensayista, en la revista “Juan Montalvo”, Silva publica un estudio de crítica literaria sobre el poeta ecuatoriano Arturo Borja, ya fallecido (1892-1912). Borja es considerado uno de los pilares del grupo etiquetado como La generación decapitada, a la cual Silva también estaría suscrito.







Ya empiezan a ser publicadas algunos en sus poemas en Los jueves literarios de “El Telégrafo”. También aparecieron algunas de sus creaciones en los lunes de “El Guante”.


A fines de ese año le nombran por primera vez en las columnas del decano de la prensa ecuatoriana, “El Telégrafo”, en su sección “Los jueves literarios” de parte del doctor José Antonio Falconí Villagómez, quien en su estudio titulado Letras ecuatorianas dedicado a los talentos emergentes de manera muy concisa escribe:


“Y Medardo Ángel Silva, pulido y refinado en sus estrofas”.



Antonio Falconí Villagómez  




Los Jueves literarios

segmento de El Telégrafo 



1916 – 18 AÑOS
Medardo se retira definitivamente del colegio sin culminar su educación secundaria, y desprovisto de su grado de bachiller, una altiva aspiración de todos los jóvenes guayaquileños que deseaban progresar.


Guillermo Latorre, ofrece una objetiva referencia hacia el escritor guayaquileño en la revista quiteña “Vida Intelectual”.


Las colaboraciones se hacen más frecuentes, engrandeciendo su nombre. Algunas de los medios nacionales donde aparecieron sus publicaciones fueron: 
•“Anarkos”, quincenario dirigido por Ernesto López Mindreu, insigne pianista peruano. 
•“Ateneo” de su amigo el historiador Navas. 
•“Helios” de Carlos Granado y Guarnizo.
•“Respetable Público” de Alejo Amador y Eduardo Rivas Ors, semanario dedicado a las crónicas artísticas, de entretenimiento y críticas taurinas. 


Eduardo Rivas Ors 



Y en “Renacimiento”, donde también se desempeñó como jefe de redacción y colaboró con Wenceslao Pareja, Falconí Villagómez y su gran amigo y colega José María Egas, que ya lo habían aceptado dentro de su círculo intelectual. Se publicó “Suites de Estancias”, poemas breves de profundidad filosófica y muchos otros delicados versos.



Wenceslao Pareja




No solo en Ecuador, su nombre se destaca, también en revistas literarias del exterior como: “Colónida” de Lima, “Nosotros” de Buenos Aires, “Cervantes” de Madrid, etc. Medardo Ángel Silva cambia correspondencia con Alfonsina Storni, Valdelomar, Percy Gibson y Enrique Bustamante y Ballivián, entre otros.







Gracias a la gestión de su amigo, el poeta Aurelio Falconí Zamora, consigue el nombramiento de profesor de la escuela Fiscal diurna No. 11, ubicada en las calles Escobedo y Bolívar, que dirigía el pedagogo Manuel María Valverde y cuyo director era Gonzalo Llona, hijo del poeta Numa Pompilio Llona. Su sueldo era 60 sucres mensuales. 



Aurelio Falconí Zamora



1917 – 19 AÑOS
Un artículo escrito por el escritor colombiano Próspero Salcedo Macdowall titulado y publicado en la revista “Anarkos”, nos habla de un talentoso poeta porteño que crea mucho interés en los círculos intelectuales de Guayaquil.


Un niño poeta
“Me queda la confianza de que estas líneas son sinceras y nacidas bajo el peso de una cariñosa admiración, para este poeta: Medardo Ángel Silva.
Es sencillamente muy curiosa la aparición de este galante trovador de estados de alma, en el terreno de las rimas”



Portada ficticia de la 

revista Anarkos




En la revista “Ilustración”, Silva publica su primer cuento “Primavera espiritual”. 


Silva se desempeña como director de las revistas: “España” y “Atenea”, pero solo circula un número de cada una de ellas, algo habitual en estas publicaciones literarias.


Portada ficticia de la 

revista Atenea



Don Carlos Manuel Noboa lo suma al personal de la revista “Patria” y Silva aprovecha para lanzar no solo sus poemas, también escribe varios relatos y numerosas traducciones del francés y del italiano, además empieza a dar sus pininos en el periodismo.



Don Carlos Manuel Noboa




Portada de la revista  PATRIA  16/2/1918 
con la imagen de M. A. Silva



En mayo de este año llegó con mucha expectativa la estrella del ballet ruso Anna Pavlova, causando un revuelo en el puerto. 


Anna Pavlova


Anna Pavlova durante su 
estadía en Venezuela



Toda la sociedad guayaquileña aguarda con euforia su gala, las entradas de su presentación en el desaparecido teatro Olmedo estaban agotadas.


Fachada del Teatro Olmedo




Interior del Teatro Olmedo



Medardo tenía que cubrir el evento, pero no tenía la ropa adecuada para tan elegante ocasión, por lo que tuvo que acudir a Manuel Eduardo Castillo para que le prestará un smoking, siendo Castillo mucho más alto y fornido que el joven Medardo. Ya dentro del teatro, el tímido Medardo contempló absorto la delicada figura de la Pavlova, mientras en el palco de la prensa, la penumbra le permitía esconder su vergüenza por aparecer con semejante prenda que le quedaba tan grande haciendo el ridículo. Eso no le impidió inspirarse y dedicar uno de sus más hermosos versos “Dance D´Anitra” donde se presenta la Muerte del Cisne.


Tan aérea, tan leve, tan divina,
se ignora si danzar o volar quiere;
y se torna su cuerpo un ala fina,
cual si el soplo de Dios lo sostuviere.


Angela Carrión Vallejo, joven oriunda de Alausí, se muda a casa de los Silva y vive bajo el cuidado de doña Mariana a pedido de unas religiosas. Mientras se encarga de los quehaceres de la casa, Angela mantiene relaciones sexuales en secreto con Medardo.


1918 – 20 AÑOS
Nace María Mercedes Silva Carrión el 24 de septiembre de 1918., la única hija de Silva que le sobrevive, fruto de sus relaciones furtivas con Angela Carrión. Recién fue inscrita en 1963.


Medardo se mantiene muy ocupado, colabora en varias revistas, como “La idea” y el semanario humorístico “Caricaturas”, de Enrique Terán Baca y Guillermo Latorre, ambas de Quito. 


Una serie de poemas titulados “Películas” son publicados en la revista “Ilustración” de Alejo Matheus, de la autoría de Silva.



Portada ficticia de la 

revista Ilustración



El Parque Seminario era el punto de encuentro obligado de las adineradas familias porteñas, con su moda francesa y costumbres europeas. Ataviado con su saco negro de casimir, pantalones a rayas, sombrero de paño, sus icónicos quevedos de marco de carey y un desgastado bastón para tomar un aire aristócrata siempre aparecía la delgada y menuda silueta de Medardo, recorriendo las empedradas callecitas del parque intentando encajar en ese Guayaquil elitista que le era tan esquivo, pero a la vez, se moría por pertenecer. 



Iglesia matriz de Guayaquil



Silva departía con sus amigos bohemios sobre las novedades en Europa y en América respecto a las artes, y en nuestro puerto, antes de ir al salón “El Búho” o a las veladas nocturnas en casa de Adolfo H. Simmonds.





Adolfo Simmonds



Durante su período de trabajo en la revista “Patria” ocurre un incidente en el mes de febrero. Sáenz de Tejada, por aquel entonces encargado de la revista, esgrimió varios conflictos en contra de Silva, esto da pie a una serie de 9 viñetas en “La Quincena Cómica”, de la mano del caricaturista Virgilio Jaime Salinas, que de manera mordaz e incisiva ataca al poeta. 






Virgilio Jaime Salinas



Cada viñeta es un dardo certero al ego de Silva, y con seguridad, estos dibujos se alimentaron de los rumores, comentarios y datos conocidos por sus amigos y allegados, ya que fueron elaborados por un colega de su propio lugar de trabajo. La reacción no se hace esperar y Silva renuncia. En la siguiente publicación se hace oficial su partida a través de una nota de la redacción. Sin duda, esta publicación acrecentó la famosa hipersensibilidad de Silva que muchos de sus allegados han comentado.



La infame caricatura sobre Silva

enumerando sus defectos



Con mucho esfuerzo, Silva logra lanzar lo que sería su única obra publicada en vida, sin tomar en cuenta toda sus escritos dispersos en diarios, revistas y folletos: “El árbol del bien y del mal”. 


Portada del libro

El árbol del bien y del mal



Es una obra de 98 páginas donde recopila sus poemas previos escritos entre 1914 y 1917, dividido en 8 partes más una introducción literaria. Apenas se imprimieron 100 ejemplares y se vendía un precio de dos sucres, de los cuales Silva regalo algunos a sus amigos y otros se enviaron al exterior. Si bien la crítica fue benigna, la venta fue nula lo que le perturbó en demasía: “Pensó obsequiar algunos y vender el resto al precio de S/. 2,00. Algún tiempo después de haberlos dejado a la venta, solicitó una liquidación. Al saber que no se había vendido ni un solo ejemplar, en uno de sus gestos temperamentales habituales, pidió que le devolvieran todos los volúmenes. No se volvió a saber de ellos. Parece que incineró el resto de edición que le quedaba. Hoy es raro encontrar un ejemplar, como si fuera un Incunable” 
(Abel Romeo Castillo: Medardo Ángel Silva: Vida, Poesía y Muerte).






Abel Romeo Castillo



Silva se reintegraría a la revista Patria en mayo de 1918 y se mantendría como director encargado entre agosto y diciembre.



Personal de la Revista Patria donde

ya aparece el nombre de Silva




Medardo frecuenta la casa de Rosa Amada Villegas, una jovencita entre 14 y 15 años, en las calles Morro 704 entre Quisquis y Bolívar, a una cuadra de distancia de la casa del poeta. Bajo el pretexto de ayudarla en sus estudios, ambos se embarcan en una relación romántica que es terminada por parte de Rosa Amada por presión de su madre en base a los rumores sobre Silva.


1919 – 21 AÑOS

Tras renunciar a la revista “Patria”, es aceptado en “El Telégrafo”, el rotativo en ese tiempo funcionaba en un edificio situado en Aguirre entre Chile y Chimborazo. Silva se dedica a escribir crónicas y prosa poética para el rotativo, dirigía la diagramación y a los pocos meses queda a cargo de la sección “La Mujer y el Hogar”, por lo que iba los sábados para preparar este suplemento. Además, cubre cada evento cultural del puerto.


Manuel Eduardo Castillo y José Santiago Castillo, director y gerente de El Telégrafo



Cuenta Abel Romeo Castillo que Medardo tenía su escritorio en la redacción del diario, una sala baja de techo con paredes que mostraban varios óleos de vivaces colores. Diariamente pasaba a limpio sus poemas, que traía desde su casa escritos en tinta, después se metía de lleno en las crónicas y críticas que realizaba sobre la actualidad nacional y extranjera.




Ejemplo de como podría lucir
la oficina de Medardo en El Telégrafo



Medardo prefería salir en las noches para adentrarse en ese Guayaquil menos glamoroso o romántico que siempre vemos en las fotos y postales del puerto de antaño.


En enero aparece su novela "María Jesús" que es publicada en la sección de folletín del diario “El Telégrafo”, relato de ambiente campesino y de toque nostálgico. La novelita tiene mucho éxito, a beneplácito del editor, y se pueden encontrar elementos biográficos en ella.


Publicación de la novela María Jesús

en diario El Telégrafo



El 13 de marzo es presentado a través de una nota editorial, donde se afirma que Silva se haría cargo de la afamada sección de “Los Jueves Literarios”, en ausencia de Manuel Eduardo Castillo, hijo del propietario del diario: 


“Desde el presente número reanudamos nuestra Página Literaria de los jueves, que dirigirá en ausencia de Don Manuel Eduardo Castillo el escritor Don Medardo Ángel Silva. A los escritores nacionales ofrecemos de preferencia nuestras columnas, pues sería lo más halagüeño para nosotros hacer dicha página con material exclusivamente de ingenios nacionales. También daremos en subsiguientes números una serie de ‘interviews’ de prestigiosos escritores del país”.


Acudía sin falta las tardes de los miércoles para supervisar el armado de esta página.

El 9 de abril aparece la columna diaria “Al pasar”, idea de Silva, con un artículo suyo denominado "La ciudad delincuente". Y el 15 del mismo mes escribió "La ciudad nocturna”, artículos que describían un Guayaquil más de arrabal y mala vida, fueron firmados bajo el seudónimo “Jean D’Agrève”, con el cual ya había firmado varias publicaciones anteriores. En esta sección también realiza crítica literaria dirigida a los jóvenes valores nacionales.


Cobraba cada semana, y tenía que pedir adelantos - lo que en ese entonces le decían “suplidos” - debido a su delicada situación económica. A veces esos “suplidos” eran para acudir al cine, una de sus grandes aficiones y la de muchos guayaquileños. Un mes antes de su muerte, en una crónica sobre el estreno de una película, el poeta dijo:
“Mi amor a la penumbra me hace habitúe al cinema”.


El domingo 8 de junio sus amigos le organizan una fiesta por sus 21 años, Silva alcanzaba la mayoría de edad, lo celebraron invitando hermosas jovencitas para un alegre baile. Cuanta la anécdota que al comenzar la danza se retiró a una ventana y sacando muy discretamente de su pecho un ejemplar del Kempis, se puso a leer, despertando comentarios y admiración entre los invitados. 


Muchos años después; Abel Romeo Castillo, amigo y biógrafo de Silva, lo recuerda como un asiduo concurrente a la tertulia literaria periodística en la antigua redacción del diario, en la cual se podían encontrar personalidades de la talla de Alfredo Baquerizo Moreno, Modesto Chávez Franco, Francisco Falquéz Ampuero, José Antonio Falconí-Villagómez y Francisco Andrade Arbaiza, Adolfo H. Simmonds, Miguel Ángel Granado y muchos más. Todos eran acogidos con afectuosidad por el viejo director de El Telégrafo, José Abel Castillo, su padre.


José Abel Castillo




Medardo había realizado buenos contactos entre su círculo de amistades, uno de esos contactos era el hijo del entonces candidato presidencial José Luis Tamayo. Un delegado le había ofrecido a nombre del Partido Liberal un puesto en la delegación diplomática en Francia, algo que Medardo añoraba. 


En diciembre de este año Medardo escribe el Alma en los labios, poema que llegaría mucho después a las manos de Rosa Amada Villegas.

Martes 10 de junio de 1919
DÍA DE SU MUERTE

La mañana de ese día dialoga muy tranquilo con sus amigos: José María Egas, Abel Romeo Castillo y José Joaquín Pino Ycaza sobre cuestiones laborales y artísticas. Por la tarde regreso a su chalet y posiblemente tomó algunas medicinas porque se sentía resfriado. Egas sería el último en verlo con vida en la botica de Luque y Chimborazo, a las 18 h 30.


Ya en la noche, a las 20 h 00, se dirige a la casa de Rosa Amada Villegas, intentando retomar la relación. La madre de la jovencita accede a que converse con ella, y luego se despide, sin olvidar mencionar que volverá.



Domicilio de la familia Villegas Morán

lugar del suicidio



A las 20 h 30, Silva llega a su chalet, y ya en su dormitorio toma un revólver Smith Weisson calibre 38 que le había prestado días atrás su amigo José Luis Ampuero Abadíe. Su madre al verlo con el arma, muy extrañada, lo interroga y solo atina a responder: Lo voy a devolver. Se despide.


Smith Weisson calibre 38



De vuelta en casa de los Villegas Morán, le pide a la madre de Rosa Amada que los dejara solos para hablar con su hija de forma reservada, ante lo cual accedió. El barrio carece de energía eléctrica por lo que la mamá de Rosa Amada le pide a su hija que tome la lámpara y se acomoden en la salita para que conversen tranquilos. En este punto, las versiones cambian según quien lo cuente, pero es en este momento cuando se da el disparo que termina con la vida del joven guayaquileño. El cuerpo de Medardo Ángel Silva termina en el piso ante el horror de Rosa Amada.


En cuestión de minutos arriba el comisario quinto de policía, Segundo Esteban Savinovich, quien ordena el levantamiento del cadáver y con desdén lanza una frase que es recogida por uno de los amigos de Silva: 


“Así mueren los morfinómanos y viciosos”


Al día siguiente, se da oficio al funeral donde varios de sus allegados vierten sus más dolidos discursos a los pies del féretro del vate, luego es llevado al camposanto, sin ningún tipo de ceremonia religiosa dado su condición de suicida. Medardo es enterrado en el sector entre la puerta 3 y puerta 2 del cementerio de Guayaquil, en una sencilla bóveda. 










Mariana Rodas Vda. de Silva muere el 14 de junio de 1942 y está sepultada junto a su hijo, en la misma bóveda que se destaca por un intenso color dorado.



Mariana Rodas viuda de Silva

madre de Medardo




La tumba del artista, se destaca

por su color dorado












INAUGURACIÓN DEL MONUMENTO A MEDARDO ÁNGEL SILVA EN LA PLAZA 24 DE MAYO, FRENTE AL TEMPLO DE SAN AGUSTÍN, AÑO DE 1973










Placa al pie de la estatua del poeta

en el Parque Seminario










Obra de teatro dedicada al poeta 

sus amores







Virgilio Jaime Salinas, caricaturista y creador de Juan Pueblo; Medardo Ángel Silva, poeta y autor de El alma en los labios,juntos en Kaleidoscopio un espacio de humor y crítica 1919

















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